15 julio 2008

¡Agárralo, que encendido va!

Y ardiendo está ya, como carbón abrasando. Las acuas que, encendidas como teas, lucen de un naranja vivo y trémulo. Sobre ellas, la carne . Carne nueva, moldeable, casi sangrante todavía. Al posarse sobre un candente forjado chillan y burbujean. Se abrasa, se asa, se consume, se convierte poco a poco en algo que ya no es moldeable, ni nuevo, ni siquiera sangrante. Al pasar el filo de la navaja con contundencia sobre un pedazo de la materia empieza a sangran otra vez. ¿Cómo es posible? Sin darme cuenta y bajo los efectos de algo líquido, me cercioro de que esta nueva sangre que ahora brota proviene también de una nueva carne, esta vez hasta fresca. Freca, frequísima: La mía. Me acabo de rebanar un dedo, un trozo de materia temblorosa y viva que es mía, y que me hace chillar de dolor. Con dudas me hacerco a las llamas que producen las ascuas y después de dejarme engañar por mi cerebro presionado por el maravilloso líquido meto la grieta en ella, en las candescentes y rojas ascuas que, como sanguijuelas se quedan adheridas en ella y la convierte en algo peor: ahora es un trozo de carne abrasada, no al punto, sino bien hecha. Como a mí me gusta...

...Y mucho más tarde, pies que desbordan las sandalias, ojos que se salen de las cuencas...


Audio: La Nueva Carne (Susurrando Records)



Visita a La Nueva Carne en su myspace haciendo click aquí

No hay comentarios: