31 julio 2008

Reflejos (o cómo llamarse Ángel. ¿Qué Ángel?

Parte I

Porque viniste a verme sin saberlo
porque te observé sin tú quererlo
por haber aparecido en mi vida de golpe
porque “las cosas más raras pasan así: de repente”

Porque me miraste fijamente a los ojos
otro día que también apareciste para
quedar a “tomarnos unos mojitos o algo”
¡Bien sabías que Martirio me gustaba un rato!

Porque mientras mis oídos escuchaban
algo así como “Piensa en mí”, los tuyos
reprodujeron las notas de una guitarra
durante “Un año de amor”

Mientras, en Elvira se servían sin cesar
tazas y combinados de Café, “mi café”
y entre pulcro Plato y blanca Loza
un código matemático y un “llámame”

Así pasaron lentas Horas, largos Días,
y eternos meses de recuerdos indelebles
huyendo “como dos fugitivas de la justicia”,
de la Justicia y la Ley de otros hombres

Por hacer desaparecer de mi rostro
las Ojeras que, sin pintar a propósito,
me daban “ese lúgubre aspecto que tanto
me atraía de enfermedad”

Porque viniste a apartarme esa dichosa,
“planta de la cara” que no me dejaba ver
cuando llegó el tormento y las Culebras reptaron
por mi Tumba y a mordiscos consumieron mi ser



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Parte II

Porque me llamabas a la hora de desayunar
para ver qué había preparado para comer
y aunque nunca tenía “pisto (que ¡Qué rico!)”
no faltabas a visitar mi triste Edén

Porque llenabas mi mundo con preciosa Música
y los Discos en mi cuarto volaban sin cesar
mas “nunca te hubiera metido un puro”
“¡Ni te hubiera demandado, Tomás!”

Por prender fuego a las Sábanas
por quemar Horrores con deliciosos cantos
y sacar las asquerosas Bichas de la cama,
siempre al más puro estilo Falla

Por saberlo ensamblar todo tan bien
y tener el santísimo valor de
“bajar y dar la cara” y así mismo exclamar:
“no se mentir: soy Testiga, ¡y de Jehová!”

Por hacerme sentir tan admirado por todos
y tener mis minutos de Gloria y de Sal
por enseñarme a poner un poco de aceite
en las Tostadas que ya llevan la Jalea Real

Porque al venir a mí, ni un solo día
te olvidaste en casa el Radiocasete del coche
para que no me faltara ni Mina
ni Raphael ni La Sevilla ni La Montiel

Así que déjame darte las Gracias por todo
y permitirme que haga un poco de publicidad
pues este poema no lo patrocina Puleva
sino, la gran “Leche La Real”

Con admiración y todos mis respetos, a A. H. C.




(Este texto se publicó en www.unraticode.com el 15 de Febrero de 2008)

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