31 julio 2008

Simulacro 5.0

A Yolanda Espinosa, gracias por tu genialidad.

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DEFINICIÓN DE SIMULACRO: ‘falsificación’, algo que imita la realidad. La voz latina ’simulacrum’, polisémica, significaba primero ‘representación figurada de algo’, imagen, retrato, estatua, e incluso ‘maniquí de mimbre en el cual se encerraban a hombres para quemarlos vivos en honor de los dioses’. Esta idea de imitación la da la raíz ’sim’, de ’similis’, marcando la unidad, la igualdad, la semejanza de una cosa con otra.

…Detrás, y disimulado tras un espeso telón de humo, te descubres condescendiente, atrapado por un mal sueño del que, sin ayuda, no eres capaz de escapar. Tienes el vago anhelo de que alguien o algo vaya cuanto antes a aporrear el duro y frío cristal que ahora te separa de tu conquistada Lóbrega Oscura y que al presente permanece en un supletorio y borroso plano, muy atrás, justo en la cara opuesta a ti. ¿Pretendes que sea yo tu redentor? …

…Desde el inicio de esta habitación rosa, te observo por si acaso te escapas por el infinito agujero que nos acopla y que te sirve como ventana. Permanezco quieto, esperando con un ojo en el libro mientras con el otro represento a un escolta.

¿Qué te llevo a pasar esa larga temporada en el infierno? ¿Quién te separó de Lóbrega Oscura para transportarte a un imperecedero otoño? Por más que ensayo e intento no volver a preguntarme, no puedo dejar de observarte para ver si a través de tu insondable y apenada mirada me regalaras de repente alguna explicación, pero la respuesta no llega, te limitas todo el tiempo a quedarte ahí estático, como si una mágica mano te hubiera barnizado para siempre.

¿No me vas a decir nada? Por mucho que lo intentes, no podrás engañarme, tu físico estará sellado y atrapado para siempre en ese teatro, pero tu dosis de trasgo sumada a tu húmedo iris me observan perspicaces, me persiguen por todo el pasillo, hasta el final del túnel ¿o sólo será fruto de mi imaginación?

Definitivamente no, estás ahí, al otro lado, con el gesto girado pero con las pupilas hincadas en las mías a punto de soltar algo por la boca que me deje frío, congelado como un bloque de hielo, pasmado frente a ti ante el inmenso y pálido velo que te rodea. Me ofreces una mirada recalcitrante que no me deja impasible, has venido a llenarme otra vez de románticos cánticos, a devolverme la lírica de una vez más.

Por eso he de hacer algo: No me queda más remedio que liberarte (si pudiera) o sepultarte aún más. Finalmente y tras intentar la primera opción (por supuesto sin resultados positivos) me decido a disecarte para siempre invitando a la taxidermista a intervenir, para así tener la certeza de que durarás eternamente.

Por eso cuando estés preparado te volveré a desafiar, ya sin prisas, a que me narres tus memorias. Cuéntame cómo era la mano y el pincel que te creó para someterte a este perpetuo simulacro.

Señoras y señores, acomódense: El espectáculo va a comenzar.


(Este texto se radió y publicó en www.unraticode.com el 4 de Octubre de 2007)

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